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Fredy Libreros

Columna de Opinión

Valórate, eres único


En la vida nos pasamos minimizando nuestro valor, comparándonos con los demás sin darnos cuenta que son esas diferencias las que nos convierten en seres realmente especiales. Estamos siempre anhelando lo que tienen los demás, en lugar de agradecer por lo que tenemos.
Fija tus metas y ojalá bien altas, pero no para agradar a otras personas, hazlo por tu convicción, pues nadie sabe lo que es mejor para cada uno.  Jamás permitas que tu vida se te escape como el agua entre los dedos, viviendo en el pasado o en el futuro.
Vive tu vida un día a la vez, podrás disfrutar todos los días de tu vida, recuerda, ¡lo único que tenemos real es nuestro presente!
Jamás renuncies a tus sueños, no importa la edad, el sexo o tu situación, Dios sabrá cuando extenderte la mano, solo pídele con fe.
Recuerda no hay nada ni existe nada imposible, la palabra imposible solo está en el diccionario de los mediocres; cada ser humano puede a pesar de cualquier situación de adversidad que esté atravesando, salir avante. Nada debe detenernos si tenemos el deseo de triunfar y ser felices.
Recuerda que ser feliz es una elección, es parte de nuestro interior y nada de lo que suceda en el exterior nos puede impedir que sonriamos a pesar de la adversidad o de los malos momentos, no olvides que nadie nos puede hacer daño, si no lo permitimos.  Las ofensas y los maltratos son cosas que no podemos aceptar de aquellos que quieren hacernos sentir mal; sólo perdona y no te dejes contagiar de la mala energía de aquellos que alimentan conflictos consigo mismo y que buscan transmitir sus problemas a los demás.
Por último consignaré la receta para ser felíz:

“Tome una gran cantidad de alegría y déjela hervir a fuego lento, sin parar.

Póngale un tazón colmado de bondad y en seguida agregue una medida completa de consideración hacia los demás.

Mezcle con estos ingredientes una cucharada de paz.

Sazone con la esencia de la caridad.

Mezcle todo perfectamente y en seguida, con todo cuidado, páselo por un colador para eliminar cualquier partícula de egoísmo.

Sírvalo con una salsa de amor”.